Me quede un rato más en aquel cuarto llorando, y esperando a que este dolor cesara. Daban las 9 de la mañana y me levante con un poco de lentitud y me metí a bañar. Sentía mi cuerpo sucio ante al tacto de Bill. Al salir del baño me fui, sentí un dolor en mi vientre y vi que tenía moretones por lo de hoy en la madrugada.
Una lágrima se acumuló en ojo pero impedí que esta brotara.
Llegue a la casa de Lauren y sabía perfectamente que me iba a regañar por no haber pasado la noche en la casa. ¿Qué le diría? ¿Le digo la verdad?
Abrí la puerta y ella ya se encontraba ahí en la sala sentada, con una mueca de enojo y preocupación al mismo tiempo. Ella al verme se levanto y me abrazo fuertemente.
- ¿En dónde demonios andabas? – me pregunto con enojo
- Yo… - un nudo en la garganta se acumuló
- ¿Qué sucede? – me miro preocupada
- Bill… - respire ondo – Abuso de mi –dije en un hilo de voz
- ¿Cómo? – su color de piel cambio para volverse pálido
- Sí abuso de mí – me solté llorando
- Maldito, maldito y mil veces maldito – me volvió a abrazar – Debí alejarme de él lo más pronto posible
- ¿Qué? – me separe de ella
Agacho la cabeza, me miro con culpa y me tomo de la mano me dijo que me sentara a un lado de ella pero yo me negué.
- Explícate – susurre
- Yo… - toco su pecho
En ese momento sonó el teléfono, ella contesto sin antes secarse las lágrimas que habían brotado de sus
mejillas coloradas. Ella al contestar sonrió ampliamente, rió de carcajada y se levanto del sillón para luego irse a su cuarto.
Mientras que yo me quede ahí sola, sin ninguna explicación de parte suya, como era de siempre. Pensaba en ir a la cocina cuando un dolor en mi vientre más fuerte. Haciendo que me retuerza del dolor. Niego con la cabeza y maldigo en mis adentros.
Pero en ese momento alguien toca la puerta y al ver por el picaporte veo que es Bill, con un ramo de rosas azules. Mis favoritas. Cierro con llave la puerta, poniendo todos los candados que se encontraban en ella.
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Gracias chicas por sus comentarios. :)